Montevideo, 16 de setiembre de 2016
Sr. Presidente de la
Cámara de Representantes
Diputado Gerardo Amarilla
Presente.-
De mi mayor consideración:
Amparada en las facultades que me confieren el artículo 155 del Reglamento del Cuerpo, solicito a Ud. tenga bien cursar a Presidencia de la República, Directorio del Partido Nacional, Instituto Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo, Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia de la República, Ministerio de Educación y Cultura y por su intermedio a ANEP y CODICEN, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio del Trabajo y la Seguridad Social, Ministerio del Interior, Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Salud Pública, UDELAR, Instituto de Formación Docente, Grupo de Padres por una Adolescencia Libre de Alcohol de Salto, a la Intendencia de Salto, así como a todas las Intendencias y Juntas Departamentales y a todos los medios de prensa de Uruguay la siguiente:
EXPOSICIÓN ESCRITA
Resulta preocupante el culto al alcohol que ya tenemos instaurado en nuestros jóvenes y adolescentes.
Y especialmente preocupante es en algunos departamentos específicos del país en los que; no solamente se incumple con la fiscalización de la prohibición de proveer el mismo a menores de 18 años, sino que se encuentra arraigado a la cultura de una forma tal, que si una fiesta se realiza sin alcohol es sabido ya que nadie concurre.
Es el caso de Salto; en el cual los menores reclaman que si no se va a proveer de alcohol a sus invitados, prefieren directamente prescindir de la fiesta.
Por suerte y como señal de respiro a tales preocupaciones; existe el Grupo de Padres por una Adolescencia Libre de Alcohol, que cuenta con más de 2000 miembros que apoyan la causa para no suministrar alcohol a menores de 18 años y velan por el cumplimiento de las leyes vigentes en la materia.
Se tratra de un grupo de padres que desde junio del 2014 están trabajando en Salto por lograr concientizar a la población, pues entienden que el presente se trata de un problema de todos, tanto padres como autoridades e instituciones, siendo su principal objetivo retrasar la edad de inicio en la que los jóvenes comienzan a consumir alcohol, así como efectivizar un control estricto tanto en cumpleaños como en fiestas y lugares públicos.
Sin lugar a dudas el problema central es la ausencia real de fiscalización por parte del INAU tanto de los bailes que se organizan como de los cumpleaños de quince que se desarrollan en el departamento.
Pero adquiere dimensiones agigantadas cuando es el mismo INAU que declara contar con muy poco personal a tales efectos; que acuden a fiscalizar en contadas oportunidades y aún cuando lo hacen, es apenas por cinco minutos y luego se retiran.
Es bien sabido que los dueños no solamente saben cuando y dónde van a acudir los inspectores del INAU, sino que retienen a los menores en la puerta mientras se realiza el control, para hacerlos entrar luego de que se retiran las autoridades referidas.
Esto hace imposible en los hechos aplicar la única herramienta disponible que tienen los inspectores que es la multa; intentando así provocar una reacción por parte de los particulares que deben velar por el cumplimiento de la normativa vigente.
No obstante; ha implicado un esfuerzo sobrehumano por parte de este Grupo de Padres el intentar atacar el problema de raíz, concientizando no solamente a los menores sino a los adultos que demuestran una complicidad alevosa a proporcionar sustancias tóxicas a los adolescentes que se inician en este proceso desde la edad de los 12 y 13 años.
Efectivamente es éste el camino correcto trazado para mitigar los efectos de un comportamiento social absolutamente desviado del deber ser, por lo cual considero que ha de ser un deber del Estado uruguayo asumir la responsabilidad de controlar el cumplimiento de la Ley 17.823 en Salto, no únicamente por el mandato legal impuesto sino muy especialmente por las consecuencias nocivas que implicarán para el grupo social entero continuar con estos comportamientos injustificados.
Si bien se trata de una práctica que nace en Salto, debe ser el objetivo que la misma se multiplique a nivel país.
Preciso es marcar la diferencia acerca de que someterse a un estado total de ebriedad no es igual a diversión; son cosas completamente distintas y que deben ser inculcadas desde los más pequeños a los más adultos.
Sin otro particular, saluda al Sr. Presidente con su más alta estima y consideración,