MEDIA HORA PREVIA

Sr. Presidente; aprovechamos la ocasión para saludar, en el día de la fecha, a la República Italiana por su septuagésimo aniversario.

Es sin embargo; el tema central de la presente exposición verbal, los más de treinta días que lleva de ocupación, sin respuesta alguna por parte de las autoridades estatales, del Centro para personas ciegas y de baja visión, Tiburcio Cachón.

Hacer hincapié acerca de cómo afecta la rehabilitación y la vida misma de estas personas; otorogándole la trascendencia y seriedad que temas como la ceguera y baja visión merecen, pues ello repercute en todas las áreas de la vida de las personas: su autonomía, confianza en sí misma, actividades de la vida cotidiana, el relacionamiento con sus familiares y amigos, entre otras.

Un profundo temor, vergüenza y desequilibrio psicoemocional, sumergen a las personas en un pozo del cual no saben como salir, dentro del cual no se filtra ninguna luz. Son precisamente centros especializados como el Tiburcio Cachón, los que están oportunamente condicionados y capacitados a efectos de brindarle las herramientas necesarias, precisas, para afrontar este nuevo desafío que se les presenta, para desarrollar plenamente su fortaleza y encarar una prueba de las más difícles a las que, como seres humanos nos podemos enfrentar.

A efectos de brindarle este conjunto de herramientas; la eficiencia, idoneidad y calidez del equipo rehabilitador juegan un rol fundamental, así como resulta fuertemente trascendente garantizar la continuidad de este proceso de rehabilitación, pues ello significa asumir que se tiene una discapacidad, decisión de las más dificultosas, y para la cual se requiere seguridad y estabilidad.

Una interrupción tan prolongada como la que en este preciso momento está ocurriendo con los ocupantes del Centro afecta en forma directa la autoestima, el equilibrio emocional, lograr una autonomía funcional, mantener las habilidades recientemente aprendidas a razón de la falta de práctica, entre otras tantas más.

Es por ello Sr. Presidente que vengo a reivindicar nuestro compromiso con tan noble causa; a expresar que nos rehusamos a dejar en el olvido un tema tan importante para el país como es la materia de los Derechos Humanos, y a rechazar este silencio imperante por parte de la Administración sobre estas personas, buscando provocarles un desgaste, que pierdan sus energías, en definitiva ganarles por cansancio.

Es imperativa la pronta instalación de una Mesa de Negociaciones por parte de todas las autoridades del gobierno, pues de lo contrario con estas omisiones, lo que se está haciendo no es más que la violación de los Derechos Humanos con el ejercicio de la fuerza del poder, hacia los más débiles.

Solicito Sr. Presidente que estas palabras sean enviadas al Ministerio de Desarrollo Social, y por su intermedio al Programa Nacional de Discapacidad; a Presidencia de la República y por su intermedio a la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente; al Instituto Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo; al Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa, Ministerio del Trabajo y de la Seguridad Social; Ministerio de Salud Pública; Ministerio de Educación y Cultura, y por su intermedio a la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y Toda Forma de Discriminación; Ministerio de Relaciones Exteriores; a la Arquidiósesis de Montevideo, al Comité Central Israelita, a Mujeres de Negro, UDELAR; Instituto de Formación Docente; a todas las Intendencias y Juntas Departamentales y a todos los medios de prensa del Uruguay.