Ayer fue el último día en que el Centro de Rehabilitación para personas ciegas y de baja visión Tiburcio Cachón contó con guardias de seguridad.
Una vez más, la Ministra de Desarrollo Social toma una medida intempestiva inconsulta, sin tener en cuenta las necesidades de los usuarios: retirar a los guardias de seguridad del Centro y sustituirlos por alarmas con sensores.
La gran mayoría de los organismos del Estado con afluencia de público cuentan con servicios de seguridad. Así sucede con centros educativos y centros de salud, entre otros. Cabe preguntarse entonces: ¿cómo se justifica dejar sin personal de seguridad a una institución a la que acuden personas ciegas?
Es necesario poner en riesgo a esta población teniendo en cuenta los niveles de inseguridad actuales?
Además la Sra. Ministra está desconociendo otro aspecto importante: el rol que ha tenido el personal de seguridad en el proceso de rehabilitación. Cuando llega un usuario al Centro es él quien lo recibe, y en caso que la persona aún no se haya familiarizado con el local y sus salones, lo orienta dentro de la institución. También le informa si ha habido cambios en las inmediaciones del Centro, tales como rotura de calles u obstáculos en las veredas. Al decir de una usuaria “Los guardias son nuestros ojos dentro del Cachón”.
Esperemos que la Sra. Ministra recapacite y no tengamos que lamentar robos o accidentes. Sería deseable que, al menos, se mantenga el servicio de seguridad en el horario de atención al público. Es decir, que prime el sentido común, “El menos común de los sentidos”.
Gloria Rodríguez Santo
Representante Nacional