Sr Presidente Cámara de Representantes
Diputado Jorge GANDINI
Sra Presidenta INAU MARISA LINDER
El Partido Nacional me ha honrado en esta oportunidad para hacer uso de la palabra en ocasión de los 30 años del Plan CAIF, una Política que, permítase me el término, tiene que ser objeto de CELEBRACIÓN.
El Plan CAIF es una política social, dirigida a la atención de la primera infancia desde el nacimiento hasta los tres años de edad. Fue concebida 30 años atrás que contó, desde su inicio, con el apoyo de todo el espectro político, apoyo que se mantuvo en el tiempo, lo que nos deja algunas enseñanzas y sobre las que me permito reflexionar.
En primer lugar, la capacidad de generar acuerdos inter partidarios y que esos acuerdos se mantuvieran en el tiempo, transformándose en una política de Estado, lo cual habla muy bien de nuestro sistema político.
Somos precisos al referirnos a una POLÍTICA DE ESTADO, entendiendo por tal, el amplio acuerdo, el mantenimiento de sus objetivos estratégicos y su permanencia en el tiempo.
Estos treinta años son una demostración clara en este sentido.
En segundo lugar, su carácter de política incrementa. Es decir, que a partir del momento de su concepción, el Plan se fue extendiendo cualitativa y cuantitativamente en los sucesivos gobiernos de todos los partidos.
El Plan CAIF ha sido la prueba viviente de que cuando el gobierno y la sociedad civil se unen en compromiso y responsabilidad en el abordaje de una temática, por más difícil que sea la misma, el trabajo en conjunto da frutos que individualmente serían casi imposibles de alcanzar.
Este plan surgió como una respuesta que el primer gobierno del Dr. Julio María Sanguinetti debió brindar, ante una situación sumamente crítica, luego de haber transitado uno de los momentos más oscuros de nuestra nación.
Contó con el apoyo del Partido Nacional, potenciándose e incrementándose los alcances del programa en el gobierno del Dr. Luis Alberto Lacalle Herrera. En ese período se produjo una expansión record en la época, de 85 nuevos centros a lo largo y ancho de todo el país.
Es importante destacar la previsión que tuvo desde sus inicios, en disponer la acción coordinada de la sociedad civil en sus más variadas formas, con el Estado a nivel nacional y el nivel sub nacional.
De forma práctica, esto nos demuestra la potencialidad que tiene una política social, cuando recurre a todas las fuerzas disponibles en una sociedad, teniendo al Estado como referente principal, pero valiéndose de actores sociales que demuestran una clara vocación de atención hacia aquellos sectores sociales más vulnerables.
Dentro de este marco, la presencia del Estado se ha reforzado por diferentes vías y bajo diferentes formas de actuación institucional. También logró el compromiso de actores de segundo y tercer nivel de gobierno, asignándoles prerrogativas y otorgándoles efectiva participación a nivel territorial, lo que permite un contacto más cercano con los problemas sociales en el territorio.
Dentro de esta sumatoria, el papel de la sociedad civil a nivel local, también constituye un ejemplo de descentralización, responsabilidad y participación comunitaria, valores intrínsecos de los Derechos Humanos y de la Democracia.
Desde el punto de vista estrictamente técnico, uno de sus grandes méritos es su carácter multidisciplinario, involucrando a profesionales de distintas orientaciones científicas, como el trabajo social, la medicina y la educación, entre otros, que a su vez se están nutriendo constantemente de los nuevos avances y paradigmas sobre la atención de la primera infancia.
Porque es en la primera infancia donde las vulnerabilidades sociales se hacen más evidentes y pueden tener un efecto duradero a lo largo de toda la vida.
Conscientes de la relevancia social que fue adquiriendo y fruto de una sensibilidad que el país siempre ostentó y la cual no es patrimonio excluyente de una solo fuerza política, se fue consolidando a lo largo de los sucesivos períodos de gobierno convirtiéndose en una auténtica política pública.
Política que opera en el punto más sensible de nuestra comunidad, aborda el período de la vida más importante para el desarrollo del ser humano, de 0 a 3 años, donde la correcta nutrición, protección y estimulación son indispensables en su proceso cognitivo. Más del 80% del cerebro se forma antes de los 3 años.
Es aberrante saber, de acuerdo a datos proporcionados por UNICEF, que en los países de ingresos medios y bajos, 250 millones de niños menores de 5 años corren el riesgo de no alcanzar su potencial de desarrollo debido a la pobreza extrema.
Por eso el Plan CAIF en el transcurso de estos 30 años, se ha constituido en mucho más que una política pública de referencia a nivel internacional, es un pilar esencial en el desarrollo de nuestro país; es en su seno donde se está resguardando el futuro de nuestra nación, en su accionar se determina gran parte del destino de nuestra sociedad.
Ha logrado forjar una verdadera agenda de Derechos Humanos tangible y pionera, con una necesaria atención integral de la niñez. Esto último es una de las mayores fortalezas del plan, en un presente en donde las políticas sociales que se implementan desde el gobierno, son en su enorme mayoría fraccionales, la integralidad de la atención es uno de los puntos más fuertes del Plan CAIF.
Hoy estamos hablando de 427 centros que atienden a más de 54.500 niños y niñas de todo el país y sus familias. La cifra nos da referencia del enorme impacto cuantitativo (además del cualitativo al que hacíamos referencia anteriormente) que este plan tiene en nuestra sociedad.
Pero para el éxito en la continuidad del programa, es necesario del compromiso de todos los actuales actores políticos así como de los futuros gobiernos de nuestro país.
A pesar de que experimentamos hace unos años, una de las mejores épocas de bonanza económica en la historia de nuestra nación, informes de UNICEF elaborados el pasado año, indican que la pobreza infantil se ha mantenido en el entorno del 18%, con una marcada tendencia al alza desde 2014 (Período de bonanza absoluta). 9 de cada 10 personas pobres son niños y adolescentes.
Esto se traduce en 160.000 niños y adolescentes que no cuentan con el nivel de ingresos mínimos. De todas las personas bajo la línea de pobreza, el 90% son menores de 18 años y las personas adultas que viven con ellos.
El gobierno destacó en su momento el aumento del gasto público para luchar contra la pobreza infantil, pero como vemos, en este grupo etario esa inversión no se ha traducido en mejores resultados. Se ha gastado más dinero pero la situación no mejoró.
Es por ello que en el día de la fecha, además de felicitar a todos quienes han formado parte, ya sea desde la sociedad civil o desde los sucesivos gobiernos en los que se ha venido desarrollando del Plan; docentes, profesionales, funcionarios, que se desempeñaron en alguno de estos centros brindando su trabajo y esfuerzo, en este símbolo de igualdad, de oportunidad, de derechos, y por supuesto de democracia, en el que se ha convertido el plan CAIF a lo largo de estos 30 años, queremos invitar a todos los actores políticos a que reafirmemos nuestro compromiso en el fortalecimiento de este programa, atendiendo con minuciosidad sus necesidades, sin descuidar la más tímida señal de debilitamiento en todo el país.
Tenemos un “debe” enorme en materia de pobreza infantil. Es una ardua batalla en la cual lamentablemente se ha hecho muy difícil avanzar; pero confiamos que con el esfuerzo conjunto de todos los sectores políticos y el apoyo de la sociedad civil, amalgama que luce con brillantez en lo que ha sido la esencia misma del Plan CAIF, podremos revertir esta grave situación en la que está en juego nada más y nada menos que el futuro mismo de nuestro país.
Es en nuestros niños donde se forjan los cimientos sobre los que se construye el destino de nuestra nación.
Muchas gracias