Un 16 de agosto, pero del año 1856, nacía en nuestro Cerro Largo querido, un
hombre que se convertiría en leyenda, cuyos valores, principios y lucha
transcendió su época y continuará haciéndolo por siempre de generación en
generación en la historia de nuestro país.
Hoy se cumplen 162 años del nacimiento de nuestro gran Caudillo, ideal de
nuestro Partido, emblema de libertad, nuestro gran Aparicio Saravia.
En estos tiempos en que la avaricia, la ambición, el beneficio propio se
antepone a todo, supo brindar lección de lo contrario. Renunció a su riqueza
para darles a sus hijos y a todos los habitantes de nuestro país, una patria
digna, de derechos y garantías constitucionales. Es imposible hablar de él, sin
que a nuestra mente se avecine la imagen de este gran hombre entregando los
títulos de su estancia para poder financiar la revolución y diciendo a sus
compañeros de lucha “Prefiero dejar a mis hijos pobres y con patria y no ricos y
sin ella”.
Propio de un verdadero héroe la humildad fue una de sus virtudes, siempre se
consideró uno más en la lucha, y nunca temió ir al frente dispuesto a ser el
primero en entregar su vida.
Sufrió el dolor inconmensurable de ver morir a sus hermanos, pero ni la más
grande de las penas podía detener a este inclaudicable guerrero de la patria.
Ícono de valentía, coraje y rebeldía, ofrendó lo más sagrado que tiene un ser
humano, su propia vida, por un país de libertades, de igualdad y respeto a las
leyes y a la Constitución.
Lo entregó absolutamente todo para que no sólo los Blancos, sino todos los
uruguayos tuviéramos un presente y un futuro.
Es semilla, que así como germinó en Luis Alberto de Herrera y Wilson Ferreira
Aldunate, brota en el corazón de todos quienes llevamos con orgullo bordada
en nuestra alma la noble divisa Blanca y de muchos otros que aún sin
pertenecer a nuestro Partido, sienten en su pecho la grandeza de sus
principios.
Es por eso que hoy cuando observamos acciones por parte del gobierno que
menosprecian y afectan a nuestra Constitución, a la soberanía del pueblo, cuya
voz no está siendo siempre respetada, todos quienes tenemos la dicha de
compartir esos valores, debemos estar más unidos que nunca, haciéndole
honor, empapados de ese espíritu Saravista de luchar hasta las últimas
consecuencias para hacerla cumplir, con las armas propias de la democracia,
procurando garantizar el goce efectivo de todos los derechos que en ella se
consagran; este es el mejor homenaje que podemos rendirle.
Caudillo de libertades como algunos te han llamado, siempre nos guiarás con
tu bravura y coraje en la búsqueda de esa patria por la que tanto luchaste y a
la que nunca renunciaremos. Porque tus soldados jamás claudicaremos hasta
alcanzar la dignidad arriba y el regocijo abajo, una vez más te decimos…
¡Presente eterno y siempre vigente, General Aparicio Saravia!
Gloria Rodríguez Santo
Representante Nacional