El 10 de agosto es un día muy especial para todos y todas quienes compartimos esos principios y valores que se traducen en ese sentimiento tan único, hermoso y difícil de expresar con palabras, que es ser blanco.
Se conmemoran 182 años de ese momento tan significativo, en el cual el Presidente Manuel Oribe decretó el uso de la divisa blanca, con una inscripción que marcaría el destino de nuestro Partido y de cada uno de los que la llevamos marcada a fuego en el alma y el corazón, ese sello distintivo que ha estado presente en toda nuestra historia y que resalta ese amor que sentimos hacia la democracia así como nuestro más profundo respeto al goce de los derechos… “Defensores de las Leyes”.
Desde ese momento nace un sentimiento el cual se traduce en una forma de vivir.
Los blancos somos hombres y mujeres que llevamos con orgullo en nuestros brazos cada día la bandera de la libertad, la igualdad y la inclusión, esa bandera, que en épocas de ideas y convicciones tan distintas a las de hoy, Oribe supo izar bien en alto aboliendo la esclavitud.
Vivimos con valentía, esa que Leandro Gómez inmortalizó en la defensa de Paysandú, la cual nos estremece al recordar esa respuesta que le dio a Venancio Flores, cuando este exigía su rendición, la cual sintetiza todo en dos palabras… “Cuando sucumba.”
Somos pasionales, brota en nuestra sangre ese coraje y rebeldía que heredamos de Aparicio, de la cual hizo gala nada más y nada menos que luchando por esa patria de instituciones no mancilladas, en la que se garantizara a todos el amplio y pleno uso de sus derechos. Tenemos un espíritu indomable y como él no descansaremos nunca hasta alcanzar esa patria de la dignidad arriba y el regocijo abajo.
Amamos nuestra tierra, como lo hizo Luis Alberto de Herrera. Somos personas tolerantes y respetuosas, pero de convicciones firmes, porque sabemos que “Ni los hombres, ni los pueblos son fuertes cuando avanzan en el desconcierto”.
Somos orgullosos como lo era Wilson, se nos eriza la piel al escuchar su “orgullosamente blancos”, porque sabemos que serlo además de un privilegio es una bendición.
Por eso en este día tan especial, recordemos con alegría a todos aquellos que han hecho tan grande a este Partido, a todos aquellos que han construido estos 182 años de historia. A cada persona que forma parte de esta gran familia, a los que están y a los que ya no están físicamente, pero que hoy y siempre nos guiarán con ese compromiso y ese amor que le brindaron a nuestra divisa y a nuestra patria.
Por muchos años más de lucha, compromiso y convicción…
¡Viva el Partido Nacional! ¡Viva la Patria!
Gloria Rodríguez Santo
Representante Nacional