Las declaraciones de Mario Layera Director Nacional de Policía del Ministerio del Interior, en la pasada edición del día sábado en el Observador, son preocupantes por la crudeza de la descripción actual, y alarmantes en cuanto al futuro que vislumbra para el país. En definitiva, nada que la oposición no venga denunciando desde hace mucho tiempo en reiteradas instancias legislativas, periodísticas y partidarias. La pregunta que cabe hacerse en este momento es: ¿cómo estaría reaccionando el partido de gobierno hoy, si este reportaje hubiera recaído en algún miembro de la oposición?
El contenido de lo expresado evidencia dos elementos sustantivos. Por un lado, la discrepancia del entrevistado con las políticas del MIDES para enfrentar las ‘verdaderas causas’ que provocan el delito, lo que expresa la errónea estrategia de unas políticas sociales basadas fundamentalmente en el asistencialismo. Por otro, la falta de ‘cooperación’ para con la policía, en relación a las bases de datos disponibles, lo que expresa un criterio unilateral de políticas públicas, en contraposición a la necesaria integralidad de las mismas.
Desde un punto de vista estrictamente político, hasta el día de hoy era normal que el Frente Amplio se nos presentara en dos grandes bloques; uno en torno al frente Liber Seregni y otro conformado por el MPP, la lista 711 (hoy disminuida) y PCU, que en definitiva marcaban una polarización ideológica muy visible en cuanto política económicas, educativas, sociales, etc. Ejemplos que ilustran esta afirmación sobran. Lo novedoso en esta oportunidad, es que de las expresiones de Layera como jerarca del Ministerio del Interior responsabilizando a otro ministerio, se podría definir una nueva polarización entre el MPP y PCU.
No conocemos la interna frenteamplista con todas sus diferentes concepciones representativas, hoy en el ojo de la tormenta a partir de las decisiones del plenario en relación al TLC con Chile. Tampoco nos interesa entrar en partido ajeno. Lo que sí nos preocupa. es que la conducción del país está en manos de una fuerza política que se mide por la lógica del gobierno en disputa, que no es capaz de diseñar las estrategias adecuadas, que no tiene autocrítica y que presenta a su interna una polarización múltiple, que está conduciendo a la congelación del gobierno.
En otras palabras, hoy no estamos asistiendo a los procesos de deliberación de una coalición política gobernante, como se nos quiere hacer creer. Muy por el contrario. Hoy el país está ‘gobernado’ por una coalición político partidaria, compuesta por grupos que tienen concepciones ideológicas irreconciliables, donde además del gobierno en disputa, expresan una sorda lucha por el poder.
Diputada Gloria Rodríguez Santo
Representante Nacional