GLORIA RODRÍGUEZ SANTO

Representante Nacional

El pasado 4 de abril recibimos ante mi solicitud, en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, a autoridades municipales vinculadas a la implementación del Programa “Afrosalud”.

La comitiva estuvo integrada por la Directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo, Dra. Fabiana Goyeneche; la Directora de la División Salud de la Intendencia de Montevideo, Dra. Analice Berón y la Coordinadora Ejecutiva de la Secretaría de Equidad Étnico Racial y Poblaciones Migrantes, Educadora Elizabeth Suárez. La razón para la que fueron invitadas, fue para responder al parlamento, en una de sus comisiones, preguntas técnicas relacionadas con la implementación del Programa.

Sin mediar instancia previa, las autoridades convocadas apelaron al discurso político como táctica, procurando fomentar una discusión partidaria. Cómo esa no era nuestra intención, sino conocer los fundamentos de instalar ese equipamiento en una policlínica barrial de alcance departamental, acto seguido procedimos a formular las preguntas, lo que atemperó los ánimos partidarios.

El cuestionario era bien simple y requería la información más elemental a tener en cuenta, desde cualquier nivel de gobierno, para decidir sobre una política sanitaria. En ese sentido, preguntamos: a) si se habían valorado estadísticas de esta enfermedad en la población afro, b) si las mismas eran pasibles de desagregarse por zonas metropolitanas dentro del departamento o del país en su conjunto, y c) si se había realizado alguna coordinación con el gobierno nacional de forma que fuera posible atender al conjunto de la población afro de todo el país. En resumen, como parlamentarios queríamos poder vincular las variables de frecuencia y distribución de la patología, con la ubicación del centro de atención y su cobertura (departamental o nacional dentro del Sistema Integrado de Salud).

Las respuestas obtenidas fueron muy vagas desde el punto de vista técnico, lo que puede verificarse en actas. Por ejemplo, ante la interrogante sobre localización, respondieron que la instalación de la policlínica en ese barrio obedecía a razones ‘simbólicas’, a pesar que en ese barrio vive solo el 13% de la población afro. En relación a eventual coordinación con el gobierno nacional para atender a todo el territorio nacional en un hospital púbico, respondieron que se trataba de primer nivel de atención, lo cual repite el argumento anterior sin responder sobre el alcance nacional. En ese caso, hubiera sido una buena oportunidad para que gobierno nacional y montevideano del mismo partido y orientación, acordaran atender a TODA la población afro y no solo a la capitalina.

Dentro de ese contexto quedó en evidencia una actitud demagógica cuyo verdadero interés era exhibir la sensibilidad de un gobierno departamental para con una población históricamente postergada, de forma de generar noticia y agenda política. Lamentamos comprobarlo, pero esa fue la conclusión más evidente.

Nosotros como colectividad política hemos transitado siempre abiertos al diálogo con tolerancia y sin la soberbia de creer que nuestro pensamiento es una verdad absoluta. En lo estrictamente personal, nunca me posicioné a la vanguardia de nadie en la lucha por los derechos de la población afro, pero tampoco estoy dispuesta a ceder el espacio que he ocupado durante largos años en este terreno.

Toda vez que se nos convoque, seguiremos luchando por los derechos de todos aquellos ciudadanos que hayan sido postergados, pero nunca lo haremos desde la demagogia disfrazada de ideología y sensibilidad social.